El equipo Hoyt: padre e hijo afrontando desafíos
Una de las leyendas vivas de las historias de superación personal es la del conocido como equipo Hoyt. O lo que es lo mismo, la pareja formada por Dick Hoyt (padre) y Rick Hoyt (hijo). Una historia enternecedora, que nos cuenta cómo podemos superar todas las barreras que tenemos delante.
Rick nació con una discapacidad adquirida, debida a que durante su nacimiento, el cordón umbilical se enrolló alrededor de su cuello, por lo que no le llegó suficiente oxígeno al cerebro, y esto le produjo una parálisis cerebral. Desde pequeño Rick comenzó a usar un ordenador especial para comunicarse, donde escribió por primera vez “¡Vamos Bruins!”, en referencia al equipo deportivo de la Universidad de California.
Su afición por los deportes creció a medida que su padre comenzó a llevarle a competiciones. Si tienen que nadar, Dick empuja a su hijo en una barca. Si deben correr, su padre le empuja en una silla de ruedas especialmente adaptada. Si han de ir en bicicleta, Rick va en una silla acoplada a este vehículo.
Solo hasta 2005, habían llegado a participar en un millar de eventos, entre los que se incluían triatlones, duatlones, o incluso maratones. Una historia de amor y superación personal que nos emociona realmente.

Pablo Pineda, el maestro con síndrome de Down
El joven español Pablo Pineda cierra nuestra lista de ejemplos de superación personal. Con 38 años, Pineda es una de las personas que mejor representan conseguir un reto a base de trabajo y esfuerzo. Pablo tiene síndrome de Down, enfermedad que no le ha impedido luchar durante toda su vida, como en los casos anteriores, por hacer lo que quería.
Pineda es diplomado en Magisterio, y hasta la fecha, era la primera persona con síndrome de Down en Europa que había terminado una carrera universitaria. Pablo, en esta entrevista, comentaba que su truco para estudiar y ser capaz de terminar la diplomatura, había estado en memorizar todo en voz alta. El joven apostaba porque en el futuro el sistema educativo fuera más plural, rico y diverso, valores que en su opinión ayudarían mucho a este tipo de personas.
Su respuesta ante los desafíos del futuro es clara, ya que Pablo Pineda habla de “una sociedad con mejores valores, en la que la diferencia sea vista como un valor y no como un problema o defecto”. Unas palabras que no hacen sino repetirnos ideas como las de la integración social o la igualdad, factores importantes que garantizarán que toda la ciudadanía pueda afrontar sus propios desafíos personales, sean cuales sean.
Su ejemplo fue recogido en la película Yo, también, que nos ofrece el lado humano de estas historias de desafíos y retos que deberíamos tener en cuenta en nuestro día a día.


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